La mayoría de consumidores piensan que la época del verano es el peor momento para hacerse con un buen jamón blanco o ibérico, debido a que en esta época del año las temperaturas son muy altas y a su mala conservación. Estamos totalmente equivocados, consumir jamón en verano mejora su sabor y su textura, ya que lo comemos a la temperatura ideal y, siendo cuidadosos en su conservación, podremos disfrutar de la joya de la gastronomía española también en verano.

El jamón es un producto que se consume durante todo el año. En verano las ganas de consumir jamón se acrecientan, en esta época estival hay pocas ganas de cocinar por el calor y nos cuesta ingerir alimentos calientes. Hay multitud de razones para consumir jamón durante el verano, se puede disfrutar de este manjar con amigos, en aperitivos, comidas o cenas de vacaciones de verano.

El jamón y el verano van unidos de la mano, es una comida muy práctica y deliciosa de la que puedes disponer al instante, sólo tienes que cortar y comer. Si llegas cansado a casa de la playa o piscina, si todavía estás trabajando o simplemente llega una visita inesperada, el jamón será el protagonista de tu mesa.

¿Prefieres el jamón de una pieza?

Si te gusta el jamón de una pieza y prefieres disfrutar del jamón recién cortado a cuchillo, hay que tener en cuenta su ubicación. Habrá que buscar un lugar fresco y seco donde la temperatura ronde los 22ºC o 23ºC, como una despensa o bodega. Si no disponemos de un espacio así en casa, lo ubicaremos en la cocina lo más alejado de las fuentes de calor posible y del sol.

El jamón es un producto vivo y en continua evolución, desde que sale del secadero hasta que llega a tu plato, cada pieza ha ido cambiando su estado y sus cualidades. Este proceso se acelera cuando comenzamos el jamón, las condiciones de temperatura actuarán en el mismo.

En verano elegiremos una pieza un poco más jugosa y tierna de lo habitual, la temperatura alta del verano actuará sobre él y, aunque se seque un poco, no será tanto como para no poder disfrutar de nuestro jamón.

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En muchos sectores aconsejan quitar al jamón y conservar lonchas de tocino blanco, para con ellas cubrir la superficie de corte, la grasa mantendría hidratada la zona de corte con el calor al fundirse.

Desde Jamón Suprem aconsejamos mantener el tocino en la pieza. Al cortar una loncha de jamón, el tocino es una parte fundamental de ella. El tocino es el responsable del aroma y textura de la loncha, este ayudará a que el sabor de la loncha sea equilibrado y exquisito en boca rebajando el punto de sal.

Para su conservación podemos aplicar una fina capa de aceite de girasol, que es neutro, para conservar hidratada la zona de corte. Nunca aplicaremos aceite de oliva, porque el aceite de oliva actuará y cambiará el sabor de nuestro jamón.

Es aconsejable tapar la pieza con papel de aluminio, para evitar el contacto directo con el aire y que se nos seque el jamón rápidamente. No es aconsejable tapar con un trapo de algodón, porque este trapo absorberá todo el aceite y ocasionará que el jamón se seque con más rapidez.

En verano debemos de consumir la pieza en el menor tiempo posible, el consumo ideal debe de ser en un tiempo prudencial de 2 a 3 semanas. Si cortamos a diario nuestro jamón, apenas notará los efectos del calor y obtendremos como beneficio un producto en su máximo esplendor, porque tendrá la temperatura adecuada e ideal para comerlo cada vez que cortemos un plato.

Sólo debemos cortar el jamón que se vaya a consumir en el momento. Dejarlo cortado para consumir después, ocasionará que pierda todo su aroma y textura, se resecará y perderá su mayoría de propiedades. Si vemos que el consumo del jamón no va a buen ritmo y prevemos que se nos va a secar, la mejor opción es llevarlo a tu tienda habitual o de confianza, para que te lo corten a cuchillo o deshuesado y máquina.

¿Prefieres el jamón loncheado?

Una buenísima opción para disfrutar del jamón en verano, es comprarlo directamente loncheado a cuchillo o comprar jamón deshuesado cortado a máquina. ambas opciones envasadas al vacío, nos darán una auténtica autonomía para consumirlo a nuestro ritmo, teniendo hasta 6 meses para consumirlo.

La opción de comprarlo loncheado a cuchillo y envasado al vacío, mantiene toda la esencia del producto sin perder ninguna de sus cualidades y calidad. Esta manipulación no altera en ninguna medida el gusto ni aroma de las lonchas. También nos ofrece una presentación del producto majestuosa y práctica para ponerla directamente en la mesa.

El jamón deshuesado cortado a máquina y envasado al vacío, disminuye su calidad debido al rozamiento en altas revoluciones de la hoja de corte con el jamón, calienta en exceso el jamón, alterando sus propiedades e incluso puede hasta cocer la loncha. El aspecto positivo de esta opción, es su presentación más vistosa, ya que todas las lonchas tienen la misma forma y se colocan perfectamente ordenadas con separadores para evitar que se peguen entre ellas. Sin duda, esta opción le da un carácter estético para su venta.

Lo conservaremos en un lugar fresco, con una temperatura recomendada de 15ºC. Si no disponemos de una bodega o habitación con estas características, el lugar ideal es el frigorífico de casa. Es de vital importancia no poner peso encima de los sobres envasados al vacío.

Es recomendable sacarlo del frigorífico al menos 30 minutos antes de consumir, sacarlo de su bolsa de vacío para que alcance su temperatura ideal de 22ºC a 23ºC, aconsejables para disfrutar de los auténticos aromas del jamón. Si llevamos a cabo este protocolo, las lonchas de jamón no quedarán pegadas unas con otras.

Aunque no es recomendable, sólo para salir del paso, podemos poner la bolsa de vacío por la parte posterior debajo del grifo con agua templada, para acelerar que alcance su temperatura ideal de consumo. También podemos calentar el plato donde vayamos a servirlo en el horno o microondas y, así, también aceleremos el proceso.

Cómo conservar y consumir jamón en verano

Sea cual sea la opción elegida, no podremos dejar de consumir jamón, incluso en verano. El aroma que desprende la grasa con el calor, hará que sea irresistible poder disfrutar de la joya de la gastronomía española, un producto único.

Además, es un producto nutritivo y rico en minerales, destacando su alto valor en proteínas, especialmente indispensables para nuestros músculos y el cerebro. Muy rico en calcio, ayudando a mantener los huesos sanos y previene la osteoporosis, su alto contenido en hierro también previene las anemias.

También cabe destacar, que el jamón es una fuente de ácidos grasos, que ayudan a combatir el colesterol malo y protege el sistema cardiovascular. El jamón es un producto que no contiene hidratos de carbono, por tanto, lo podemos incluir en cualquier dieta, incluso en dietas hipocalóricas. El 90% del jamón es proteína de calidad, mientras que sólo cuenta con un 10% de grasa más o menos.

La conjugación perfecta para este verano es consumir jamón, siempre con moderación. Podremos mantener nuestra línea, pudiendo disfrutar al máximo nuestro tiempo de vacaciones, ocio y familia comiendo sano y disfrutando de un producto único exquisito.